Tuesday, February 12, 2008

"GILDA"


Miriam Alejandra Bianchi nació el 11 de octubre de 1961 en el barrio de Devoto, Buenos Aires. El sueño de su madre era ponerle Gilda en homenaje al personaje de Rita Hayworth en la famosa película, pero no fue posible. A pesar de esto, con ese nombre se la llamó en el hogar y luego terminó siendo su nombre artístico.
Cuando tenía diez años su padre enferma, muriendo siete años más tarde. Su madre toma alumnos particulares para sobrellevar los problemas económicos. Gilda se casó a los dieciocho años y tuvo dos hijos (una nena y un varón). Si bien su vocación original era ser pediatra, se resolvió por el magisterio y a los pocos años ya era maestra de un colegio católico. Preparaba todas las fiestas o festivales y cantaba en el escenario.
Cuando estaba por cumplir 27 años, se encuentra casualmente con Toti Giménez, un amigo de la infancia quien en ese momento estaba tocando con Ricky Maravilla. Gilda lo invitó a escucharla cantar en algunos de los festivales de la escuela y él quedando fascinado con una parodia de música de bailanta que realizó con los alumnos. Giménez le propone cultivar el género, grabaron algunas canciones e inicia su carrera en la música tropical.
Se divorció de su marido y comienza una relación personal y profesional con Toti Giménez. La rectora del colegio donde trabajaba la hace dejar su puesto y así pasa definitivamente de maestra jardinera a cantante. En 1996, año de su muerte, actuaba haciendo giras por todo el país y había actuado en Bolivia y Perú.
Cada uno de sus shows convocaba multitudes que la veneraban cada vez más. Gilda despertaba en sus seguidores mucho más que admiración, por su carisma la gente la quería tocar. Le acercaban bebés para que los curara o se hacía tocar para conseguir trabajo, a pesar de esto Gilda renegaba de sus supuestos "poderes" pero no se negaba a la gente.
Unos días antes del fatídico viaje había cambiado la letra de "No es mi despedida" que terminaría por convertirse casi en un himno para sus fans quienes sostienen que "es como si hubiera tenido una premonición". El 7 de septiembre de 1996 se trasladaba en un micro a Chajarí, un pueblito de la provincia de Entre Ríos, con ella viajaban su madre, sus dos hijos, su pareja y sus músicos. En el kilómetro 129 de la "ruta de la muerte", el micro choca de frente contra un camión de la empresa brasileña Interpress. Hubo siete muertos, entre ellos Gilda, su madre y su hija. En marzo de 2000, el conductor fue considerado responsable y condenado a prisión.
El primer "milagro"
Una gran multitud de fans se congregó en el cementerio para darle el último adiós. Cuando Toti Giménez salió del coma y se enteró de la muerte de Gilda, recordó que ella haba cambiado la letra de una canción de su próximo disco. Llamó a su representante y lo mandó al lugar del accidente a buscar un cassette dónde Gilda había grabado los cambios en forma casera. Y, según Giménez, el "primer milagro" se produjo: el cassette estaba al lado de la banquina. Fue procesado con moderna tecnología sirvió para editar el disco "Entre el cielo y la tierra".
Gilda había grabado tres discos pero hasta ese momento no había vendido más que 38.000 copias. Con "Corazón Valiente" alcanza los 240.000.
El culto
Actualmente miles de devotos se movilizan a pedirle ayuda tanto a su tumba en el primer piso, galería 24 del Cementerio de la Chacarita como hasta el Santuario levantado en Paranacito, llevándole ositos, cartas de amor, flores, cintas, dibujos, prendas, escarpines, ramos de novia y rosarios, etc. En la provincia de Tucumán, una calle de un barrio lleva su nombre, y también un barrio en el partido de Ensenada, Buenos Aires.
En el kilómetro 129 de la ruta 12, lugar dónde sucedió el accidente, alguien colocó una cruz de madera y comenzaron a llevar flores. Con el tiempo colocaron un monolito blanco que indicaba el lugar exacto de la tragedia. Desde ese momento comenzó la constante peregrinación de sus devotos. Tres cruces custodiaban la entrada y en un cartel puede leerse una frase de Oscar Wilde: "Las grandes obras las sueñan los santos locos, las realizan los luchadores natos, las disfrutan los sagrados cuerdos y las critican los inútiles crónicos."
Al cumplirse un año de su desaparición, sus fans le rindieron tributo levantando un altar en el lugar del accidente, al costado de la ruta. Un camino de lajas llevaba hacia el altar, protegido por un tinglado.
Una vez adentro, en un sitial de honor, podían verse varias fotos de Gilda en diferentes tomas, una imagen de la Virgen de Luján, otra de la Virgen del Rosario y de San Cayetano y, también, la Difunta Correa, además de rosarios y estampitas. Desde los más variados objetos hasta decenas de flores y cartas - unas agradeciendo, otras pidiendo- se encontraban por todos lados. Pañuelos, velas, cintas de colores atadas a las barras que sostienen el techo, chapas de automóviles, un volante. Rizos, anillos, fotos, medallitas, dibujitos, muletas, audífonos, anteojos con impresionante aumento, fotos de cientos de rostros anónimos, muñecos, ositos, bicicletas, triciclos...
Tiempo después, esta primera construcción fue reemplazada por una habitación donde las ofrendas se multiplicaron indefinidamente. En su tumba del cementerio de la Chacarita pueden verse decenas de cartas pegadas en las paredes del nicho en que descansan sus restos y sus fieles hacen guardia permanente.
Paranacito. El ómnibus en que viajaba Gilda y su familia aún se conserva en el lugar.
Para todos aquellos que se acercan a Paranacito o la Chacarita, Gilda tiene poderes que los confortan y ayudan a vivir. Un libro dedicado a ella, contiene oraciones y rituales para dirigirse a Gilda y solicitarle ayuda. Oraciones para solucionar conflictos, para pedir protección, para perder el miedo, para pedir trabajo, para lograr paz y armonía, para los que se sienten solos, para el amor, para la salud, y para agradecer una ayuda recibida. Los rituales son con velas y para eso se indica el significado de los colores. Se describen los pasos de los rituales para el amor, para recibir trabajo y dinero, para la felicidad, para revertir la mala suerte, para protegerse del mal y la envidia, para la salud, y otros.
En el primer aniversario de su muerte, en la Plaza Miserere, en la ciudad de Buenos Aires, hubo una multitudinaria suelta de globos en su memoria (más de 10.000 personas). Para rendirle homenaje se organizó un espectáculo en el teatro Astros, y se armó el "Museo de Gilda" que en principio se exhibió en dicho lugar. Después de varios meses de investigación, y de consultas con amigos, se seleccionaron los elementos que sus seguidores podrán ver: El vestido de gasa azul que usó para la foto de la tapa de uno de sus discos, sus aros preferidos, su reloj, manuscritos de las letras de sus canciones, cartas. Fotos de infancia, de su actuación como maestra, fiestas de sus hijos. Material gráfico de su carrera como cantante, y otros recuerdos. La idea fue que se mostrara en el teatro Astros, y hasta que encuentre un lugar permanente, que sea una muestra itinerante por distintas localidades del país

"CULTO AL GAUCHITO GIL"


Antonio Mamerto Gil Nuñez, más conocido como "El Gauchito Gil" o como "Curuzú Gil" (del guaraní curuzú=cruz) es quizás uno de los más importantes representantes de lo que Marta De Paris denomina Santoral Profano Correntino (1988). Desde hace más de cien años tiene vigencia en su provincia, pero en los últimos años ha trascendido primero al litoral en especial Misiones y Formosa y luego al resto del país. Comprobamos la existencia de lugares de culto desde Salta a Ushuaia.

La Historia
Existen diferentes versiones acerca de la época y el motivo de su muerte. Se sabe que fue durante el siglo XIX, algunos sitúan estos hechos en 1890, para otros ocurrieron entre 1840 y 1848. Todos coinciden que su muerte aconteció el 8 de enero, que ocurrió en medio de las constantes luchas fratricidas entre los Liberales (o Celestes) y los Autonomistas (o Colorados), que el Gauchito era inocente y que fue muerto injustamente.
Era oriundo de la zona de Pay-Ubre, hoy Mercedes, Corrientes. Había sido tomado prisionero por el Coronel Zalazar acusado injustamente de desertor y cobarde. Fue trasladado a Mercedes y de allí sería enviado a Goya donde se encontraban los tribunales. Era sabido que los prisioneros que tenían ese destino jamás llegaban a Goya, siempre "habían intentado escapar en el camino, se producía un tiroteo y el preso irremediablemente moría". El pueblo se entera de la prisión de Gil y se moviliza buscando apoyo en el Coronel Velázquez, quien junta una serie de firmas y se presenta ante Zalazar para interceder. Este hace una nota dejando al Gauchito en libertad que fue remitida a Mercedes pero ya había sido llevado hacia los tribunales.


La tropa integrada por el prisionero, un sargento y tres soldados se detiene en un cruce de caminos. El Gauchito sabía que lo iban a ajusticiar y le dice al sargento: "no me matés porque la orden de perdón viene en camino" a lo que el soldado replica "De esta no te salvás". Antonio Gil le responde que sabía que finalmente lo iban a degollar pero que cuando el regresara a Mercedes le iban a informar que su hijo se estaba muriendo y como él iba a derramar sangre inocente que lo invocara para que él intercediera ante Dios por la vida de su hijo. Era sabido que la sangre de inocentes servía para hacer milagros. El sargento se burló y lo ejecutó.
Con respecto a la forma de morir existen varias versiones:
1) Lo ataron a un poste o un árbol y le dispararon con armas de fuego pero ninguna de esas balas entró en el cuerpo ya que la creencia popular dice que quien lleva el amuleto de San la Muerte no le entran las balas y se supone que el Gauchito era devoto del "Santito". Entonces el sargento ordenó que le colgaran de los pies y allí lo degolló.
2) Murió luego de varios intentos de disparos con armas, porque una bala finalmente entró en el corazón.
3) Fue colgado de un algarrobo, cabeza abajo y luego degollado, porque tenía el poder de hipnotizar a las personas "con sólo mirarlas a los ojos".
La partida volvió a Mercedes y allí el sargento se entera del perdón y, recordando las últimas palabras del Gauchito, se dirigió a su casa donde entera que su pequeño hijo está muy grave, con fiebre altísima y el médico lo había desahuciado. Entonces se arrodilla y le pide al Gauchito que interceda ante Dios para salvar la vida de su hijo. Al llegar la madrugada el milagro se había hecho y el niño se había salvado. Entonces el sargento construyó con sus propias manos una cruz con ramas de ñandubay, la cargó sobre sus hombres y la llevó al lugar donde había matado al gauchito. Colocó la cruz, pidió perdón y agradeció.
La cruz dio el nombre al cruce de caminos y, con el transcurso del tiempo, se convirtió en un lugar de peregrinación.


Leyendas sobre el Gauchito Gil
Se cuentan dos historias acerca del paraje donde se levantó el santuario y del deseo del Gauchito de seguir permaneciendo en ese lugar:
1) Con los años era tanta la cantidad de promesantes que iban a visitar al santo y le encendían velas, que el dueño de la estancia sintió temor que le incendiaran el campo y hace llevar el cuerpo al cementerio local. Dicen que este estanciero era un hombre rico, con una familia sana y bien constituida. Pero desde el momento que decide sacar de allí el oratorio comenzó a tener problemas económicos, muere uno de sus hijos de una extraña enfermedad, la hacienda se enferma y los campos se iban secando. Él mismo cae en cama y los médicos no aciertan con el diagnóstico. Un día una mujer que habían llamado para que lo curara le dice que iba a mejorar cuando volviera a traer el oratorio del Gauchito a su lugar. El estanciero construyó un mausoleo junto con una cruz tallada en fina madera en el sitio donde murió y cedió además un amplio espacio. A partir de ese momento todo mejoró para el dueño del campo. El Gauchito siguió enterrado en el cementerio local pero el lugar de su muerte se convirtió en centro de culto.
2) Algunos hechos sorprendentes comenzaron a suceder cuando se asfaltaba la ruta y los ingenieros decidieron que lo más práctico era trazar una línea recta para acortar distancias a pesar que ésta pasaría por encima del oratorio del Gauchito, y por lo tanto, era necesario moverlo.
Los operarios dijeron que "no era bueno pasar por arriba de tierra sagrada para los correntinos" pero los empresarios ignoraron esa advertencia. Muchos peones se negaron a cumplir la orden y renunciaron. Cuando estaban cerca de la zona en cuestión las máquinas se negaban a avanzar, ni los operarios, ni los mecánicos ni los jefes lograban ponerla en funcionamiento si la dirección era hacia el santuario. Los operarios comenzaron a desertar porque pensaban que todo era obra del Gauchito que se negaba a que lo sacaran de ese lugar. Ante tantas dificultades deciden respetar el recodo y que el camino haga una curva. Se respeta así el Oratorio y los ingenieros piden perdón y protección para la obra.
La imagen del Gauchito Gil
Para algunos era un cuatrero, un gaucho alzado, un fugitivo al que le cargaban todos los hechos delictivos sin resolver. Para otros era "Robin Hood", les robaba a los ricos (en especial a los que se aprovechaban de los paisanos) y les daba a los pobres y ayudaba a quien lo necesitara. Era un gaucho justiciero. Hacía lo que muchos no se atrevían a hacer. Era un vengador de sus desgracias.


El culto
El Santuario principal se encuentra en el cruce de las rutas Nº 123 y 119, a 8 km de la ciudad de Mercedes (antigua Pay-Ubre). Desde lejos se observa el centenar de tacuaras con banderas rojas, el mausoleo con las placas de agradecimiento y una enorme cantidad de ofrendas similares a lo que ocurre en el santuario de Vallecito de la Difunta Correa: muletas, vestidos de novia, juguetes, casas hechas en miniatura, autitos. Estampitas del santo con los pedidos escritos detrás o con expresiones de agradecimiento.

Los lugares elegidos son los cruces de caminos, donde se atan en la rama de un árbol o en una tacuara clavada en tierra las cintas rojas. Son lugares de parada obligada de todo viajante. Los ómnibus y los caminantes se detienen un momento a saludar al Gauchito. En la provincia de Formosa, donde existen oratorios muy próximos, los automovilistas tocan su bocina al pasar. Si esto no se hiciese no contaría con la protección del santo en el resto del viaje y podría ocurrirle una desgracia.

El límite de lo que se le pide al Gauchito lo pone la persona que solicita: salud, dinero, trabajo, amor, en casos que se necesite valor para enfrentar una situación y fundamentalmente protección a los viajeros.
Homenajes
Existen poemas en su honor como el que escribió Florencio Godoy Cruz y un chamamé con música del compositor Roberto Galarza titulado "Injusta Condena".

En el transcurso del año 1835 un criollo de apellido Bustos fue reclutado en una leva para las montoneras de Facundo Quiroga y llevado por la fuerza a La Rioja.
Su mujer, María Antonia Deolinda Correa, desesperada porque su esposo iba enfermo, tomó a su hijo y siguió las huellas de la montonera. Luego de mucho andar -cuenta la leyenda- y cuando estaba al borde de sus fuerzas, sedienta y agotada, se dejó caer en la cima de un pequeño cerro. Unos arrieros que pasaron luego por la zona, al ver animales de carroña que revoloteaban se acercaron al cerro y encontraron a la madre muerta y al niño aún con vida, amamantándose de sus pechos. Recogieron al niño, y dieron sepultura a la madre en las proximidades del Cementerio Vallecito, en la cuesta de la sierra Pie de Palo. Al conocerse la historia, comenzó la peregrinación de lugareños hasta la tumba de la "difunta Correa". Con el tiempo se levantó un oratorio en el que la gente acercaba ofrendas.

Cuenta Roque Pichetto que "La difusión de sus milagros ya tradicionales se ha extendido por todo San Juan: los poetas y cantores populares le dedican sus coplas y canciones, los hombres de campo le piden protección para sus cosechas, los arrieros, con quienes tiene una deuda, la consideran su protectora, hacen sus peligrosos viajes a través de las serranías y quebradas bajo su amparo, las madres que por su debilidad carecen del necesario alimento para sus pequeñuelos, elevan sus oraciones fervientes a ella para que nutra sus pechos escuálidos"
Alfredo Moffat afirma que este mito "constituye uno de los casos más interesantes de las creencias populares, pues constituye un mito ancestral indígena que no pudo ser reinterpretado por la Iglesia Católica debido a que no existe ningún mito equivalente en la cultura occidental cristiana para que pueda ser 're-modelado'. Esto es debido a que la estructura del mito es la sobrevivencia de un niño que mama los pechos de la muerta. Mamar de un cadáver, es decir tomar vida de la muerte, no existe como estructura en la mitología occidental cristiana". "Por ejemplo la PACHAMAMA como el espíritu indio de la madre tierra -agrega Moffat-, ha sido 'remoldeado' o reinterpretado por la Iglesia a través de la figura de la Virgen María y toma los nombres de Virgen del Carmen, del Valle, etc. según la región andina, pero en cambio la Difunta Correa sigue siendo actualmente un santuario pagano".

" PEDRITO SANGUESO "

Pedro Pablo Sangüeso fue violado y brutalmente asesinado el 19 de mayo de 1963 cuando contaba con seis años de edad.
Aparentemente el padrastro fue el autor de este crimen, fue acusado y estuvo varios años en prisión.
No existen demasiados detalles sobre la vida de este niño y algunos aspectos se deducen de las placas que se dejaron como homenaje en su tumba en el cementerio de la ciudad de Salta.
Por ejemplo:
* "Que leve fue tu paso por la vida, enorme el cariño que inspiraste, terrible el vacío que dejaste con tu partida" Tu madre, tus hermanos, tía y sobrinos."
* "A los seis años subió, a los cielos mártir y víctima de un monstruo humano.

Rogad a Dios por su alma inocente." Sus maestros y compañeros de la Escuela 383.
El tinglado que contiene su Santuario contiene numerosas ofrendas y tiene varios veleros.

Al término del año escolar, los estudiantes dejan libros, que luego la administración del cementerio dona a las escuelas.

"CULTO A CURUZU JOSE "

En Palmar Grande, antigua frontera, Departamento de General Paz, Provincia de Corrientes, Argentina, existe una cruz que recuerda a un paisano llamado José, que juntamente con otro llamado Casimiro fue herido en la batalla del Rincón de Vences en 1847.
Después de su fallecimiento, se erigió una cruz en homenaje, que tiempo mas tarde fue reemplazada por otra mas grande, en cumplimiento de una promesa por un supuesto milagro acaecido por la intercesión de José.
La Cruz se encuentra ahora en la Capilla del lugar, en donde se eligen "Mayordomos" encargados de arreglar la capilla. Para su elección, en la primera noche luego de rezar, se realiza un baile en la casa del mayordomo del año anterior y se corona a una pareja elegida con una "Sarta" (ristra de tortas de almidón unidas en forma de corona grande) que se coloca a la pareja elegida para mayordomo de la primera noche de novena del siguiente año.
Las siguientes ocho noches se vuelve a repetir el ritual para elegir a los restantes ocho mayordomos para cada día de la novena.

" CULTO A ANTONIO MARIA "

Antonio Maria era un paisano correntino natural de Yaguareté-Corá; nombre Guaraní de la actual Concepción, su destino lo llevo a establecerse en un islote de la Laguna Iberá y con el tiempo se hizo un afamado curandero de la zona, amigo de "los pobres". Practicaba el abigeato y tenía habitos pendencieros. Posiblemente en estado de ebriedad mato a la que era su compañera porque supuestamente estaba embarazada por el Diablo. Fue perseguido por la policía y luego muerto junto con varios de sus compinches. Sin embargo, la superstición popular creó un culto a Antonio María y al pie de un TIMBO' bajo el cual solía guarecerse, levantaron varias cruces (Curuzú Jhetá significa muchas cruces). Todos los tres de Mayo (Día de la Cruz) acceden allí muchos "promesantes" que han deificado al citado individuo, con el objeto de encender velas, formular pedidos, y cumplir promesas. Con ramitas del timbó hacen cruces que estiman milagrosas, así como las aguas de un arroyo cercano .
Santo Antonio María
Nació en Yaguareté Corá, hoy Concepción. En 1840 era un jangadero que transportaba tacuaras por el Alto Paraná desde Ituzaingó hasta Corrientes. Un día es sorprendido por una violenta tormenta que destrozó y hundió su embarcación, muriendo todos sus compañeros, salvándose milagrosamente sólo Antonio. Este hecho cambió su vida y, regresando a su pueblo Yaguareté Corá sostuvo que "desde ese momento Dios lo había designado a predicar la Fe Cristiana". Se internó en un paraje de los Esteros del Iberá, seguido por un ayudante indio de nombre Acuña y varios "apóstoles" como los llamaban los pobladores.
Se establecieron en el pueblo de Nupíh, cerca de Ituzaingó y bajo un gran timbó (árbol de grandes dimensiones) donde Antonio solía rezar, meditar y actuar como sanador. Llevó una vida ascética y retirada y era visitado por los vecinos para que los curara de las enfermedades que los aquejaban. Su fama trascendió y la gente llegaba desde muy lejos para buscar alivio.
Tenía amigos y creyentes y también detractores. Para unos era un santo que dedicaba su vida a servir a los demás, para otros era un delincuente que se escondía en los esteros para cometer delitos como asaltos, asesinatos y robo de ganado. Se le atribuyeron violaciones y todo tipo de acciones penadas. Pero también tuvo en vida fama de médico, curandero, predicador y sanador.
Murió junto con sus "apóstoles" en una emboscada que hizo la patrulla de vigilancia luego de haber sido denunciado por una mujer diciendo que Antonio que había asesinado a su concubina por haberla encontrado embarazada del "Curupí" (un duende, una especie de sireno con un gran miembro que cautiva a las muchachas a la hora de la siesta). La policía mató a todos. A Antonio María lo decapitaron y llevaron su cabeza en la pica de una lanza hasta el pueblo. Al día siguiente la cabeza había desaparecido. Cuando regresaron a ver el cadáver éste tenía la cabeza nuevamente en su lugar. Esto fue considerado un milagro y a la sombra del timbó fue puesta una cruz pintada de color celeste según su simpatía política. El paraje es conocido como Curuzú Jhetá, que significa muchas cruces. No se sabe el día exacto de su muerte y se lo recuerda el 3 de mayo, día en que los correntinos conmemoran "La Cruz de los Milagros".
Los creyentes recogen astillas del timbó para confeccionar pequeñas "cruz-reliquias" que llevan encima o colocan en sus casas. Antes de llegar al oratorio se encuentra el "Paso del Iberá" donde los devotos recogen agua o realizan baños. Dicen que se trata de la misma con la que el santo curaba a sus pacientes y que el agua tiene propiedades milagrosas o curativas.

"LOS LUCAS HALLAO"


Mellizos desconocidos encontrados en la puerta del Cementerio del Norte con los cuerpos mutilados.

Fue el día de San Lucas de 1943, varios años antes que Pedrito. Se les atribuyeron poderes sobrenaturales que atraían a una multitud de creyentes.
La tumba consiste en un túmulo elevado y blanco que tiene en su parte superior un gran florero y una imagen de una Virgen.

Además una lápida de mármol blanco con inscripciones de los empleados del cementerio....."¡Madre! ¿Por qué nos privaste de tu cariño y del derecho a vivir?".
A continuación otra colocada por los sepultureros que los encontraron:
"Frutos de un amor fingido y malsano fueron en el vientre indigno que los concibiera eliminados de la vida los dos hermanitos hermosos y de cabellera dorada que en la noche de San Lucas recogieron como un vulgar desperdicio arrojado desde el exterior. El personal de esta necrópolis."
También hay una frase firmada por el administrador

"¡Madre! nombre sagrado, conjunto de amor, abnegación y sacrificio
¿Pudiste por sólo egoísmo o prejuicio social haber olvidado y ahogado estos principios quitándonos la vida aún en formación y arrojándonos a este solar de pax y de justicia suprema como inmundos desperdicios?"

"PEDRITO HALLAO"

El 29 de junio de 1948 el sereno del Cementerio Norte de la ciudad de San Miguel de Tucumán encontró un recién nacido tirado en el suelo que agonizaba a causa del frío y de las innumerables picaduras de hormigas.
Durante la noche el hombre había creído escuchar gemidos pero pensó que se trataba de algún "ánima" que rondaba entre las tumbas.
Fue bautizado en la capilla del Cementerio con el nombre de Pedro (el 29 es el día de San Pedro y San Pablo) y de apellido Hallao por hallado (encontrado) y, al morir, fue enterrado en el lugar.
Algunos afirmaban que Pedrito vestía ropa cara, lo que demostraría que la madre era una persona rica. Poco a poco los vecinos fueron visitando su tumba y dejando ofrendas. Las autoridades del cementerio le levantaron un monumento.

La mayoría de los visitantes son estudiantes que piden por el éxito de sus exámenes o madres de niños, y los lunes, como ocurre en todo el noroeste, son los días de mayor concurrencia.

" ADRIANITA - LA SANTITA DE VARELA "


Adrianita también constituye un caso especial ya que en vida poseía, según su madre, dotes excepcionales. Es la historia de una niña de once años que no temió la muerte, que la aceptó como parte de su destino y que al hacerlo, volvió, de algún modo, a la vida, a través de los milagros que la gente le atribuye.


Adriana Taddey nació el 4 de noviembre de 1958, en el seno de una familia de inmigrantes. Según su madre ya se le anunció antes de nacer "Liliana era chiquitita y un día estaba jugando en una montaña de arena. Yo estaba junto a ella -cuenta Antonia- y me pareció que, desde adentro de la casa, una nena me llamaba diciéndome: 'mamá, mamá'. Entré...salí al patio y volví a escuchar el llamado. Pensé que estaba loca...Eso me quedó; entonces le dije a Héctor que podamos buscar una hermanita para Liliana y bueno, al tiempo, quede embarazada."..."estábamos todavía en el hospital dónde yo la haba tenido y no se porqué al decir el nombre que le íbamos a poner dije: ella va a hacer santo su nombre" (Martínez 1997).
Desde su nacimiento fue un bebé muy precoz, a los dos meses ya tenía la dentadura completa, y al cumplir los seis meses ya decía sus primeras palabras.


Cuando Adrianita cumplió los tres años todo cambió. En las Pascuas de 1961, la familia se preparaba para ir a Misa y la nena se empezó a sentir mal, la internaron y cuando ella vio los remedios que le iban a dar, le dice a su madre que si se los administran la iban a matar. Sin embargo le colocan el suero, después del tercero, empezó a gritar y empeoró cada vez más. Ante este cuadro, deciden trasladarla al Hospital de Niños de Buenos Aires. Había quedado cuadripléjica, con la cara torcida y sólo podía mover un dedo.

Se queja de dolores y la colocan en un pulmotor. La madre le pide a la Virgen que la dejara vivir. Al día siguiente Adrianita estaba mejor, "su carita estaba normal pero... a la vez no era la misma".


Dice que tuvo una visión de la Virgen, que se quedó toda la noche con ella y le dijo que se iba a curar. Después de la aparición, pide tener con ella una medalla de la Virgen que presta a otros enfermos para que se mejoren. En el Hospital la comienzan a llamar "La Santita". Por otra parte, sabe todo lo que pasa en su casa porque dice que la Virgencita la lleva a pasear.


Después de 51 días de internación pudo volver a su casa. Soportaba su sufrimiento con paz y alegría. La comienza a tratar el Dr. Zurro y la solidaridad de la familia hace que le presten la casa para que este doctor atienda, además, a los niños pobres de Florencio Varela.
No sentía su discapacidad "No llores mamá, no me mires por lo que ves, yo no soy paralítica. Dios me puso en este mundo para los que vengan detrás de mí, ría conmigo, mamá, que la risa nos cura el cuerpo y el alma" (Martínez 1997). Tenía visiones donde Jesús y la Virgen que le hablaban, para entender estos acontecimientos la familia se apoyó en todo momento en la Iglesia Católica local que seguía muy de cerca los acontecimientos.


Después de un tiempo, luego de una vacunación en la escuela se empezó a sentir rara, se hicieron varias consultas médicas pero no llegaron a ninguna conclusión. Murió el 4 de mayo de l969. Según su madre en el momento de su muerte se formó en el cielo una rara figura, un corazón, que ella interpreta como una señal de Dios para indicarle que Adrianita estaba junto a Él.


El culto
Sus restos se encontraban en un nicho del cementerio de Florencio Varela, pero fueron trasladados a una bóveda ubicada a pocos metros de la entrada del lugar.

Este "Santuario" fue donado por la Municipalidad, considerando la enorme cantidad de placas agradeciendo milagros y curaciones.

Todos los días del año hay un peregrinar constante de gente que le lleva flores, recuerdos, golosinas y que depositan sus pedidos en un pequeño buzón instalado por la familia.

Dentro de la bóveda se observa un enorme retrato sonriente de Adrianita, rodeado de flores artificiales y naturales.

El pequeño ataúd se encuentra tras una vitrina de vidrio, dónde se acumulan juguetes, souvenirs, anillos, hebillas de niña, cartas dejadas por los creyentes, rosarios, cuadernos, estampitas de la Virgen y una serie de fotografías que muestran diferentes momentos de su vida e inclusive existe una que la muestra dentro del cajón durante su velatorio.


Existe un montaje fotográfico enviado a hacer por la madre donde se reconoce la clásica representación del Ángel de la Guarda pero con el rostro de Adrianita.

Hay un buzón para depositar los pedidos y decenas de placas de bronce clavadas sobre una de las paredes que dan testimonio del agradecimiento de varias familias de la localidad.

El día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre) la bóveda fue un constante desfile de gente que le acercaba flores, se detenía a rezar, dejaba una notita, etc. Todos afirmaban que la Santita era muy popular entre los pobres del barrio.
El Padre Juan Santolín fue el que le dio la Primera Comunión y quien rezó por ella cuando trasladaron el féretro. El tiene una carpeta con fotos e imágenes de Adrianita, que podría ser parte de la documentación necesaria para presentar en el Vaticano, reconoce que es un proceso lento y difícil, dónde cada "milagro" debe estar documentado para su estudio. A pesar de ser religioso puede ver que la fe de la gente no se detiene ante los trámites y cree que Adrianita es una Devoción Popular.

"MIGUELITO EL ANGELITO MILAGROSO"



Su transformación en Santo Popular no sigue los patrones que hemos observado en el resto de los personajes considerados, como se advierte en el relato que hace la madre.
En 1967, quince días antes de cumplir un año, Miguel Ángel Gaitán muere de meningitis y sus restos son enterrados en el cementerio local de Villa Unión en la provincia de La Rioja. Había nacido en Banda Florida, a orillas del río Bermejo el 9 de julio de 1966 y era el hijo número 12 de Argentina Nery Olguín y de Bernabé Gaitán (que tuvieron quince pero sólo nueve sobrevivieron). Miguelito murió el 24 de junio de 1967 cuando era transportado con urgencia por una ambulancia hasta Chilecito.

Miguelito vestido con la ropa que les llevan sus devotos (foto Adriana Callegari).

La leyenda comienza luego de una violenta tormenta en 1973, siete años después de su muerte. De acuerdo con los pobladores, la tempestad destruyó el túmulo de ladrillos y cemento que cubría el cajón del bebé, el cual fue descubierto por un trabajador del cementerio. Espiando su interior, encuentra los restos del niño virtualmente intactos, y se reconstruye la tumba para proteger el cajón de los elementos. Poco después las paredes se habían caído "misteriosamente" sin mediar tormentas ni vientos. Hubo una segunda reconstrucción pero los ladrillos volvieron a aparecer desparramados, por lo tanto decidieron dejar el cajón en el exterior.
Pero entonces notaron que la tapa del ataúd había sido removida a la noche. "Colocamos piedras y objetos pesados sobre la tapa, pero cada mañana la encontrábamos removida" cuenta la madre de Miguel Ángel, "finalmente decidimos que Miguel no quería ser cubierto, quería ser visto." (Amato 1996). Primero estaba simplemente destapado pero luego le arrancaron una falange que conservaba un pequeño anillo y además todo el mundo le tocaba la frente. Ahora esta en una pequeña caja azul de madera, cerrada con un candado y con la tapa de vidrio. A través de él se ve su rostro reseco y marrón y su madre le cambia habitualmente de ropa. Los creyentes ponen la mano sobre el vidrio a la altura de la cabeza. Cuando este hecho se divulgó comenzó a llegar gente de todos lados para verlo, primero individualmente luego en tours programados, no sólo desde la ciudad de La Rioja, sino desde San Fernando del Valle de Catamarca y Córdoba.
Entonces construyeron un pequeño panteón para guardar los juguetes, carpetas de estudiantes, autitos, bicicletas, flores de plástico, ositos, placas de metal y cerámica con forma de corazón o con diseños de angelitos, cintas celestes y blancas, fotos, insignias. Son tantas las ofrendas que el panteón se fue ampliando con una habitación al lado y otra arriba.Entre los agradecimientos se leen: "gracias por hacerme campeón de Karate", "porque se me declaró José", "porque saqué 10 en el examen". Hay trofeos deportivos, escarpines, rosarios y cuadernos donde se escribe el pedido que se le hace al Angelito y si él cumple debe publicarse un agradecimiento en uno de los diarios de la capital riojana.
La madre de Miguel Ángel, Argentina Gaitán, atiende diariamente la tumba. Si los "buscadores de milagros son afortunados" (Amato 1996), la madre abrirá el cofre y les permitirá tocarlo en la cabeza. Si fueran verdaderamente afortunados, ella vestirá el cuerpo con las ropas de bebé que los peregrinos traen, como la pequeña camiseta de Boca Juniors. Los peregrinos dejan ofrendas, generalmente juguetes, y la Sra. Gaitán vende postales y estampas con el retrato de Miguel Ángel en su ataúd por dos pesos y cuadernillos con la crónica de su vida y muerte por quince pesos. Los juguetes los donan a las escuelas, y con las bicicletas se hacen rifas.
Dicen que a veces a la mañana se encuentran juguetes desparramados y se supone que Miguelito estuvo jugando durante la noche.