Friday, April 4, 2008

'LA VIRGEN DE LOS RAYOS"



Era el 27 de noviembre de 1830, que caía el sábado anterior el primer domingo de Adviento. Yo tenía la convicción de que vería de nuevo a la Santísima Virgen y que la vería más hermosa que nunca'', recordó Santa Catalina.
Eran las 17.30 horas cuando la religiosa volvió a escuchar el roce del vestido de seda.
Miró hacia el cuadro de San José en la capilla, desde donde se escuchaba el murmullo. Y volvió a ver a la Virgen.
PRIMERA FASE: "La Santísima Virgen estaba de pie. Era de estatura mediana. Tenía un vestido cerrado de seda color aurora, mangas lisas.
Un velo blanco le cubría la cabeza y le caía por ambos lados hasta sus pies.
Debajo del velo vi sus cabellos lisos, divididos por la mitad.
Ligeramente apoyado sobre sus cabellos tenía un encaje de tres centímetros, sin fruncido. Su cara estaba bastante descubierta.
Sus pies se apoyaban sobre la mitad de un globo blanco o al menos no me pareció sino la mitad. Tenía también bajo sus pies una serpiente de color verdoso con manchas amarillentas.
Con sus manos sostenía un globo de oro, con una pequeña cruz encima, que representaba al mundo.
Sus manos estaban a la altura del pecho, de manera elegante.
Sus ojos miraban hacia el Cielo. Su aspecto era extraordinariamente hermoso''
Santa Catalina dijo que después "vi anillos en sus dedos, tres en cada dedo.
El más grande cerca de la mano, uno de mediano tamaño en el medio y uno más pequeño en la extremidad y cada uno estaba recubierto de piedras preciosas de tamaño proporcionado.
Rayos de luz, unos más hermosos que otros, salían de las piedras preciosas.
Las piedras más grandes emitían rayos más amplios; las pequeñas, más pequeños. Los rayos iban siempre prolongándose de tal forma que toda la parte baja estaba cubierta por ellos y yo no veía más sus pies.
"Esta fase fue silenciosa.
Según el relato, nuestra madre ofreció el globo que llevaba en su manos y lo dirigió al cielo, con cara de pena, intercediendo ante Dios por el mundo.
Luego va a cambiar de actitud, a bajar la mirada y, teniendo los dedos siempre con anillos con piedras preciosas destellantes, va a hablar a Santa Catalina.
SEGUNDA FASE:
"En ese momento en que la contemplaba, la Santísima Virgen bajó sus ojos mirándome. Una voz se hizo escuchar y me dijo estas palabras: Este globo representa al mundo entero, especialmente a Francia... y a cada persona en particular. Aquí yo no sé expresar lo que experimenté, lo que vi.
La hermosura y el brillo de los rayos tan bellos son el símbolo de las gracias que yo derramo sobre los que me las piden, haciéndome comprender cuán generosa se mostraba hacia las personas que se las pedían, cuánta alegría experimenta concediendóselas...
Estos diamantes de los que no salen rayos, son las gracias que dejan de pedirme'', narró Sor Catalina, conocida como la Santa del Silencio.Agregó la religiosa:
"En este momento o yo estaba o no estaba, no sé... Yo gozaba.
Se formó un cuadro alrededor de la Santísima Virgen, algo ovalado, en el que se leían estas palabras escritas en semicírculo, comenzando a la altura de la mano derecha, pasando por encima de la cabeza de la Santísima Virgen y terminando a la altura de la mano izquierda,

OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI, escritas en caracteres de oro.

Entonces oí una voz que me dijo:



Haz acuñar una medalla según este modelo. Las personas que la llevaren en el cuello recibirán grandes gracias; las gracias serán abundantes para las personas que la llevaren con confianza''.
TERCERA FASE:
Pero el prodigio que revelaba nuestra Madre a Santa Catalina prosigue y así lo dejó expuesto la religiosa: "En aquel instante me pareció que el cuadro se daba vuelta.
Vi sobre el reverso de la medalla la letra M, coronada con una cruz, apoyada sobre una barra y, debajo de la letra M, los Sagrados Corazones de Jesús y de María, que yo distinguí, porque uno estaba rodeado de una corona de espinas y el otro, traspasado por una espada''.
Hasta ahí quedó la visión de Santa Catalina, pero no satisfacía sus inquietudes.
La humilde religiosa quería saber si era necesiario poner algo más en el reverso de la medalla. Después de mucha oración, cierto día, en la meditación, escuchó una voz que le dijo "la letra M y los dos corazones dicen lo suficiente''.
Las notas de la vidente, conocidas después, no mencionan las doce estrellas que rodean el monograma de María y los dos corazones.
Sin embargo, han figurado siempre en el reverso de la medalla y se cree que, o lo contó de viva voz luego de las apariciones, o se lo confidenció a su padre confesor.
OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI